1. Bio

Creadora de contenido para el sector de la belleza y el cuidado del cabello y creadora de una línea de productos para el cuidado del cabello. Afincada en Miami, le gusta destacar sus orígenes israelí, marroquí, italiano y sueco. En el pasado modelo, skater y actriz, hoy su misión es ayudar a las niñas y mujeres a abrazar la estructura natural de su cabello y aprender a cuidarlo, yendo más allá de las representaciones engañosas que a veces se hacen del cabello rizado en los medios.

2. El poder de un sueño

La fuerza de un sueño es extraordinaria, lo difícil es entender si es un sueño que nos pertenece o si solo estamos persiguiendo expectativas sociales. Tengo experiencia en el mundo de la moda y, hoy en día, conozco perfectamente la diferencia entre ambos. Paso mucho tiempo hablando de cabello, lo que puede sonar frívolo, pero piénsalo, es como una metáfora de la vida. Son mi hermoso caballo de Troya para transmitir el mensaje de que si lo que ves en los medios no te representa, son ellos los que están mal, no tú. Da igual que tengamos que empezar por el pelo, el mensaje final, que tarde o temprano se extenderá a todos los ámbitos, es que ya «somos suficiente» tal como somos.

3. Mi viaje hacia la belleza real

Es un viaje de muchos giros y vueltas, y algunas revoluciones. Skater, modelo, RR.PP., actriz y modelo otra vez: siempre al acecho, lista para aprender más y mejor. Siempre he puesto todo mi corazón y mi alma en todo lo que he hecho, pero tal vez empujada por las motivaciones erróneas. Sin embargo, algo hizo clic en mí después de una experiencia laboral en Malasia que definitivamente me marcó y me llevó a cambiar mi ritmo de vida. Ese fue el momento en que experimenté por primera vez la belleza de tomar las riendas de mi destino, decidiendo hacer mi camino por mi cuenta, sin tener que demostrar que «era suficiente» según el juicio de los demás. No siempre es fácil, pero es un gran viaje.

4. Lo que he aprendido y no lo olvidaré

Ser mujer es especial: nuestro corazón, nuestra intuición, nuestra natural aptitud para el cuidado y la sensibilidad. Desafortunadamente, todavía con demasiada frecuencia, nuestra sociedad tiende a valorar las energías más masculinas, el deseo constante de más y el querer demostrar. Hay una belleza encantadora en la gracia de la feminidad, en la paz de los tiempos más lentos y en la poderosa firmeza de quienes velan y cuidan a otros. Aprender a darle espacio a las energías femeninas es lo que espero para nuestro mundo y, para nosotras las mujeres, alcanzar la conciencia de amarnos, apreciarnos y valorarnos en cada etapa de nuestras vidas, exactamente por lo que somos.