1. Bio
Artesana, diseñadora, artista. Fabrica cuchillos de alta calidad a mano, en su taller de Nueva York. Después de pasar su infancia en Vermont, se mudó a Nueva York para completar sus estudios y darle una oportunidad a su deseo de actuar. Trabajó durante varios años como actriz y narradora, luego regresó a Vermont para estar con su padre gravemente enfermo. Es en este punto que comprende completamente el encanto de crear su propio arte y comienza a forjar cuchillos, hechos con materiales directamente relacionados con sus recuerdos y lugares de la infancia.
2. El poder de un sueño
Tuve la gran fortuna de crecer en una familia que siempre dio mucha consideración a los sueños y aspiraciones. Esto me dio la oportunidad de comprender de primera mano que la fuerza de un sueño crece y te viste de energía positiva cuando tienes acceso a un entorno que te apoya. Te enseña a abrazar todo en la vida, incluidos los momentos en que te caes o te pierdes. Compromiso, esfuerzo, dedicación son todas consecuencias naturales. He pasado por muchos sueños diferentes y estoy segura de que vendrán más. Porque los sueños son mágicos, saben cambiar contigo. O quizás ellos mismos sean el motor del cambio.
3. Mi viaje hacia la belleza real
Como adolescente que crecía en el profundo Vermont, aspiraba a una vida en el escenario, en una ciudad tan densa en personas y relaciones como Nueva York. Fui actriz, bailarina, cantante. Luego llegó el momento en que quise encontrar de nuevo mis raíces. He abrazado triunfos y fracasos, y cada evolución mía, porque son las herramientas que hoy me aportan algo auténtico para compartir. Esta aceptación es mi viaje hacia la verdadera belleza. Un camino que rehago cada vez en el que, como mentora, puedo poner mi experiencia al servicio de otras mujeres, especialmente jóvenes, que buscan apasionadamente su propio camino. La belleza de un ser humano explorándose a sí mismo es extraordinaria.
4. Lo que he aprendido y no olvidaré
Sentir que vales por ti misma, sentirte plenamente expresada es el mayor logro al que podemos aspirar. Caerme y levantarme me ha ayudado a convertirme en la persona que soy. Superar el miedo al fracaso es liberador. No hacerlo a veces es incómodo, pero es una gran oportunidad para conocerse mejor. Es una escuela de vida. Sueño para todas las mujeres la conciencia y la libertad de preguntarse cada día “¿Lo que hago me hace feliz? ¿Cómo quiero que sea mi vida?” Y, eventualmente, elegir cambiar de dirección, encontrar el apoyo de las personas que nos rodean, experimentar que todos somos capaces de crear algo increíblemente único y valioso. Debemos ser audaces en la búsqueda de nuestra felicidad.