1. Bio
Fundadora y directora de la Hannah Traore Gallery, en la ciudad de Nueva York, se graduó en el Skidmore College con una licenciatura en Historia del Arte. Tras trabajar en el MoMa bajo la curaduría de Isolde Brielmaier, en 2022, con 27 años, abrió su propio espacio expositivo, convirtiéndose en una de las galeristas más jóvenes de Nueva York. Su objetivo es apoyar y celebrar a los artistas que han sido históricamente marginados, brindando su particular perspectiva sobre lo que significa ser galerista, tanto para artistas con carreras bien establecidas pero desconocidas en Estados Unidos, como para jóvenes talentos emergentes. En 2023, Forbes la incluyó en la lista Forbes 30 under 30 2023 in Art & Style y Apollo Magazine en la lista 40 under 40 USA.
2. El poder de un sueño
Nada es lineal, pero si te mantienes conectada con tu verdadera vocación, el camino se presenta en algún momento. Cuando era niña soñaba con ser maestra y, de algún modo, lo que hago hoy está conectado con ese sueño. La elección de comprender a fondo a los artistas con los que trabajo, de poner mis recursos, mi experiencia y mi independencia para apoyar su trabajo, significa que soy una especie de guía, tal como lo hace un maestro. Mi amor por los niños ha sobrevivido. Incluso he incorporado este amor en la galería. Realizamos una exposición en colaboración con tres escuelas de nuestro barrio e invitamos a los niños a una inauguración extraordinaria. Pero lo más importante es el espacio que he creado para resaltar el trabajo de artistas de grupos históricamente subrepresentados, incluidas personas de color, mujeres y artistas queer. El poder de un sueño es como una fuerza interior que te empuja hacia adelante. Algunos dicen que viene de familia; yo sin duda tuve suerte en este sentido. Pero fue un momento de parada inesperado lo que me sacudió: durante la pandemia de COVID-19, después de ser despedida, justo cuando parecía que no tenía nada más que hacer, esa fuerza llamó: tenía muchos sueños, ¿porque estaba ignorando todas esas ideas? Entonces actué en consecuencia, abrí este espacio, donde puedo reconocer el valor de un artista y decidir lo que haremos sin tener que pedir consentimiento a nadie.
3. Mi viaje hacia la belleza real
Es un camino que, de algún modo, está vinculado a mi naturaleza, que siempre ha estado fascinada por la decadencia: como un viejo edificio abandonado, hay algo mágico en la naturaleza que reemplaza a algo artificial. Asimismo hay algo mágico en aprender a permitir que nuestros sueños y nuestros planes cambien, incorporando nueva información y oportunidades. Así es como he llegado a donde estoy hoy. He aprendido a valorar profundamente lo que hace única a cada persona, por eso en mi galería ofrezco algo que otros galeristas no siempre son capaces de ofrecer: comprensión. No podéis imaginar el extraordinario multiplicador de potencial que representa. La increíble belleza que surge de la confianza, de acoger los múltiples aspectos que trae consigo, sin obligarla a corresponder a una idea preconstruida. Esto se aplica a mis artistas, pero estoy convencida de que también se aplica a cada ser humano.
4. Lo que he aprendido y no olvidaré
Sin duda, la confianza es el recurso que más me ha asombrado por su poder. He comprendido que la confianza puede mover montañas. Ten confianza en ti misma, ten confianza sin ser jactanciosa. Confía en tus intuiciones y entusiásmate por lo que está por llegar. Confía en las personas que elijas, ellas sabrán sorprendernos con sus aportaciones. Pero, sobre todo, confía en los nuevos puntos de vista y no te dejes limitar (especialmente como mujeres) por visiones estereotipadas que quieren que solo seamos capaces de ser «una cosa a la vez». Somos versátiles y tenemos derecho a todo: aspiraciones, carrera, afectos, entretenimiento, opiniones y tiempo libre. A los hombres no se les pide elegir: este es mi sueño para las mujeres, ser y sentirnos verdaderamente libres de elegir el amor, los amigos, la pareja, la familia, el trabajo… solo una de estas cosas o todas a la vez. Libres, sin juicios.
