1. Bio
Modelo, creadora de contenido y activista comprometida con el tema de la discapacidad, lucha contra los prejuicios y promueve una representación innovadora del tema en sus canales sociales. Nacida en Venezuela, a los cinco años de edad sufrió una parálisis cerebral debido a una cirugía, lo que le provocó dificultad para moverse y mantener el equilibrio y la postura. Buscando unas mejores condiciones de vida y atención médica para Paula, la familia se mudó a Miami. Allí creció conviviendo con su condición pero, mientras asistía a la universidad, se centró en la necesidad de denunciar las barreras y los estereotipos vinculados a la discapacidad. Entonces puso en marcha su propia plataforma, desde la cual desafía percepciones obsoletas y presenta una nueva narrativa de la discapacidad. Hoy es testimonio de varias marcas, además de ponente para instituciones públicas y universidades.
2. El poder de un sueño
Los sueños no tienen edad, color, género ni fecha de caducidad. Los sueños sólo tienen pasión, disciplina y piezas que encajan. Te persiguen enviándote pequeñas señales constantemente: sólo necesitas tener el coraje de reconocerlas. Para todo el mundo hay un momento en el que sentimos que alguna regla no es para nosotros. Los sueños son ese resorte que nos empuja a romperla, derribarla y crear nuestro propio camino. Este es su poder. Desde pequeña soñaba con ser modelo, y he realizado varios castings a lo largo de los años: «Oh, estás discapacitada…», puerta cerrada. ¿Pero qué clase de regla era esa? Nunca lo acepté, e inicié una narrativa diferente de la discapacidad. Hoy soy testimonio de muchas marcas, vivo mi sueño de niña, pero sobre todo puedo difundir una perspectiva innovadora y emancipadora sobre las personas con discapacidad física.
3. Mi viaje hacia la belleza real
Mi discapacidad me enseñó que eres como eres, tienes el aspecto que tienes, te mueves como te mueves y nadie vendrá a salvarte de eso. Porque, de hecho, no hay necesidad de ser salvados. Necesitamos una narrativa más justa y menos ideas preconcebidas. La vida es divertida, hay que sintonizar con su ironía y encontrar el espacio para reclamar tus prioridades más íntimas. He crecido en la era del botox, de los labios gigantes, de las nalgas postizas, del maquillaje de mil capas: en una palabra, del artefacto. La mayor belleza es ver cada vez a más gente empezando a redefinir el concepto de belleza a partir de la autenticidad, de la expresión de uno mismo y sus aspiraciones. Mi discapacidad no me define: yo redefino mi discapacidad. Esto es poderoso y hermoso.
4. Lo que he aprendido y no olvidaré
Frente a las injusticias y la discriminación, debemos empezar a crear nuestros propios caminos para lograr lo que es correcto para nosotros. Debemos unir fuerzas en las áreas que mejor conocemos, alejarnos de cada partido que tenga reglas que no nos pertenecen y crear nuestro propio campeonato. Esta es también la esperanza que tengo para todas las mujeres, cualquiera que sea la situación en la que se encuentren: dentro de nosotras tenemos el poder y la fuerza para crear soluciones que aún no existen, somos receptivas por naturaleza, podemos ser lo que queramos y nadie tiene derecho a decirnos lo contrario.