1. Bio
Escritora y artista multimedia mexicano-estadounidense. Su proyecto Journey of a braid investiga los temas de la identidad, la interconectividad y las raíces. Sus performances se centran en el valor de los rituales y la participación comunitaria. Licenciada en Marketing, actualmente estudia Arte en la Universidad de Dallas. Cuenta con una prolífica serie de colaboraciones con numerosos periódicos, universidades e institutos formativos relacionados con la moda y el diseño, y ha sido ponente y moderadora de importantes eventos nacionales e internacionales. Es cofundadora de The Bazaar for Good, una empresa filantrópica que, a través de la moda, recauda fondos para proyectos con impacto social, con especial enfoque en la niñez de América Latina.
2. El poder de un sueño
No creo en utopías, sé que todo es un equilibrio entre luces y sombras, por eso creo que un sueño se vuelve poderoso cuando lo alineamos con acciones cotidianas y concretas día tras día para hacerlo realidad. Trenzar el cabello de personas desconocidas es un gesto concreto para experimentar la cercanía. Cepillarse el pelo es dejar ir las emociones, entender que forman parte del pasado y que no se puede hacer nada al respecto; trenzar es tomar el control del presente, eligiendo una cinta que simbolice una meta concreta para el futuro. Es aquí donde radica la fuerza de un sueño: en la valentía de ponerle un nombre concreto a cada deseo y en la fuerza de prestar atención a las pequeñas decisiones que, con coherencia, lo hacen realidad.
3. Mi viaje hacia la belleza real
Es cierto que la verdadera belleza no está ligada a la apariencia, pero el impacto visual tiene un poder increíblemente fuerte. Cuando te arreglas con esmero, te ves diferente y te permites sentirte diferente. Tiene un enorme valor utilizar la belleza y la rutina diaria como desencadenantes de algo más grande, como recordatorio de nuestra fuerza interior y símbolo de nuestra capacidad para cambiar y transformarnos. Salirnos de lo convencional, ser quienes verdaderamente somos, expresar el propósito profundo de nuestra existencia y no lo que los demás esperan de nosotras: este es el viaje hacia la verdadera belleza. Y las cintas y accesorios pueden ser la objetivación de los pasos que nos comprometemos a dar cada día para conseguirlo.
4. Lo que he aprendido y no olvidaré
Tener un propósito te hace fuerte y, encontrar cada día algo que te lo recuerde, te permite no perder la percepción de quién eres realmente en la carrera frenética por los roles en los que esta sociedad siempre ha tratado de encajarnos. Puestos a tener un rol, mejor planificarlo nosotras mismas para poder expresar lo que realmente somos. Mi mayor deseo para nosotras las mujeres es que aprendamos a anteponer nuestro propósito al ego: si podemos lograrlo, podremos conquistar el mundo. Dejar de lado el ego nos haría más libres, más fuertes, extraordinariamente unidas, cercanas, poderosas.