The Portrait of Dreams

Angeles Almuna

He experimentado la increíble belleza de una solidaridad extraordinaria y los miedos más profundos al mismo tiempo. Hoy también sigo viva gracias al apoyo de mi comunidad.

1. Bio

Estilista, diseñadora, superviviente de cáncer, artista, bailarina, fotógrafa. Especializada en pintura y danza, estudió y viajó entre Estados Unidos y Europa, hasta establecerse en Miami para seguir su carrera como bailarina y, al mismo tiempo, convertirse en fotógrafa de moda. En junio de 2015, un diagnóstico de cáncer de mama dictó un repentino cambio de rumbo en su vida y, tras sobrevivir a la enfermedad, en 2016 fundó Fashion Fights Cancer, una organización benéfica para apoyar la investigación del cáncer de mama. Ángeles se dio a conocer entre el gran público gracias a su relato directo y honesto de los vaivenes de la lucha contra el cáncer. En sus publicaciones subraya la importancia del diagnóstico precoz y la investigación, combinados con un mensaje de positividad y energía, para dar esperanza a todos aquellos que padecen esta enfermedad.

2. El poder de un sueño

El arte, la creatividad, el amor por la moda y la búsqueda del estilo siempre han sido parte de mi forma de vida y, al principio, mi sueño era una carrera tradicional en este campo. Estaba en el epicentro del torbellino del mundo de la moda, como fotógrafa e influencer, cuando llegó el diagnóstico de cáncer. Justamente cuando parecía haber llegado a la cima de un mundo lleno de belleza y perfección, me sentí abrumada por un destino que me recordó que, simplemente, la vida real no es del todo así. Tuve que aprender que no era invencible y aceptar que sí, que la gran palabra con C me podía pasar a mí. Fue en ese momento cuando comprendí que podía utilizar mi sueño, mi pasión, para contar un viaje a un mundo más real, en el que también podemos ser vulnerables, imperfectos, pero nunca derrotados. Esto me dio la fuerza para salvarme, y hoy este sueño puede ser una inspiración para los demás, para recordar que hay que escuchar más el propio cuerpo, apoyar a quien está pasando por un momento oscuro y aportar una mirada de confianza, también gracias a belleza y la autoexpresión.

3. Mi viaje hacia la belleza real

Sobrevivir al cáncer te cambia para siempre la forma de ver la vida. El paso más difícil fue aceptar que me había pasado “a mí”. Al principio estaba tan enfadada y molesta hasta el punto de llegar a pensar, siendo una “mariposa social”, en no decir nada y luchar sola. Por suerte, comprendí que no era la decisión más acertada, así que un día lo dije abiertamente: «Tengo cáncer, tengo miedo, necesito ayuda, te necesito a ti». Esto abrió las puertas a una oleada de apoyo y sostén que no podía ni siquiera concebir en ese momento tan oscuro. He experimentado la increíble belleza de una solidaridad extraordinaria y los miedos más profundos al mismo tiempo. Sin duda, hoy también sigo viva gracias al apoyo de mi comunidad. La forma en que la gente se conectó con mi historia y en que me dieron su energía para apoyarme en la lucha fue un privilegio inimaginable. Enfrentar el cáncer me ha cambiado por dentro y por fuera, llevo marcas imborrables en mi cuerpo, pero hoy tengo la conciencia, nunca tan cristalina, de que somos nosotros quienes creamos estilo, a pesar de la situación que estemos atravesando. Ser auténticos nos permite ser libres y, muchas veces, capaces de experimentar la belleza donde menos la imaginábamos.

4. Lo que he aprendido y no olvidaré

Hay muchas lecciones que aprender mientras se lucha contra una enfermedad terminal; algunas, hasta que no estás en ella, pueden parecer triviales, infladas, pero como superviviente quiero repetirlas, para que puedan inspirar una mayor conciencia en las prioridades que elegimos en nuestra vida cotidiana.
La vida es muy corta y no somos superhéroes. Dejemos de lado todas las cosas que no son realmente importantes. Los arrepentimientos no sirven de nada, es mejor centrarse en acciones concretas para el futuro. Los momentos con las personas que nos aman son preciosos. Nunca es una buena decisión ocultar lo que sentimos durante demasiado tiempo para parecer más atractivos socialmente. Somos más fuertes cuando nos apoyamos unos a otros. Este en particular es un mensaje que quiero compartir con todas las mujeres: unidas podemos exigir una forma más auténtica de estar en la sociedad, con nuestras propias reglas. Nunca debemos dejar de perseguir nuestros sueños, con terquedad si es necesario. El cambio siempre exige coraje.


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