Sisterhood

Guesstwins: ¿Fingir para los demás? ¡No, gracias!

Una búsqueda de identidad que pasa por los lenguajes experimentales de la moda, pero que lleva un mensaje universal: solo somos libres y poderosos cuando descubrimos verdaderamente quiénes somos.

Jóvenes, unidas y coloridas, se mueven por el mundo con un paso que es un himno a la alegría de vivir. Por medio del lenguaje de la moda comparten la búsqueda concreta de su identidad. ¿Cuál es su mensaje? La vida se vive sin miedo de lo que opine la gente o se espere de ti. A veces puede significar que te rechacen o juzguen, pero al final, quienes de verdad te aman encuentran la manera de volver a ti. ¿Ser una misma o lo que otros esperan? La felicidad suele estar a tan solo una decisión de distancia.

Ser joven también significa experimentar y descubrir, porque si no descubres muchas cosas y las pruebas, no sabes quién eres ni qué te gusta. Así que sí, experimenta todo, aunque sea solo para saber cómo eres realmente.

Pensando en cuando nos conocimos, es fácil compararlas con dos mariposas. Jóvenes y coloridas, se mueven en el espacio con una ligereza natural, sonríen, aparentemente despreocupadas, pero tienen una extraordinaria capacidad para notar cada detalle, centrarse en él y procesarlo en tiempo real. Las Guesstwins son una combinación ganadora de alegría de vivir y clara determinación, lo que demuestra que puedes concentrarte constantemente en tus objetivos, sin que el deseo de llegar a ellos te afee. Pero, ¿dónde comienza su #sororidad y de qué trata su proyecto? Les pedimos que nos hablen de él.

¿De qué trata GuessTwins?

«Empezamos hace cuatro años como influencers en Instagram. Hoy tenemos varias colaboraciones y muchos proyectos (aún secretos), pero @GuessTwins sigue siendo, principalmente, la forma que tenemos de contar nuestra identidad y difundir nuestro lema «Sé tú misma. No tengas miedo de lo que piense la gente». Nos fuimos de Argelia a París justo después de graduarnos de la escuela secundaria. En ese momento ya nos gustaba crear contenido para redes sociales y nos apasionaba la moda.

Nos hicimos muchas fotos juntas, luego colaboramos con algunos fotógrafos y después participamos en un programa de televisión llamado Beauty Match, que era básicamente una competencia de estilismo. Teníamos nuestro propio estilo peculiar y colorido y a la gente le encantó. Ganamos y desde ese momento comenzamos a estar en las redes sociales como creadoras de contenido a tiempo completo».

Eso es también lo que intentamos compartir en nuestras redes sociales: no tener miedo a los ojos de la gente. Y sí, estamos expuestas a muchas críticas. Pero, ¿sabes qué? Eso te hace más fuerte.

Hablemos de #sororidad: sois gemelas, uno pensaría que tenéis ventaja. ¿Es así?

Se miran, nos miran, se ríen. «Vaya… Nuestra sororidad definitivamente ha cambiado, cambia de año en año. Hemos tenido altibajos. Nos odiábamos cuando éramos pequeñas. Literalmente. Probablemente tuvimos algún tipo de trauma: durante 10 años fuimos idénticas, con la misma ropa, todo igual. Nos miramos al espejo y era muy difícil saber quién era una y quién la otra. Después llegas a la adolescencia y quieres ser tú misma, quieres ser una, solo tú, no siempre quieres ser dos. Entonces empezamos a llevar estilos completamente opuestos, no ya porque nos gustaran, sino solo para ser diferentes. Amigos distintos y clases distintas, ni siquiera nos hablábamos en casa. Pero por suerte no nos odiamos toda la vida, en cierto momento nos hicimos amigas. Fue durante la secundaria, siempre nos alisábamos el pelo y el día que decidimos dejarlo rizado nos hicimos amigas». Se miran, se vuelven a reír y Sabrina toma las manos de Sara entre las suyas mientras continúa el relato: «Le dije: únete a mí, únete a mí. Y entonces empezamos a llevar el pelo rizado». El resto lo tenemos ante nuestros ojos: hoy juegan con su igualdad, intercambian palabras con esa sincronicidad que solo surge del perfecto conocimiento de la persona sentada a tu lado. «Únete a mí», y así, un simple peinado se convierte en una urgencia para reivindicar la propia identidad y la propia singularidad. «Únete a mí», porque reconozco tu lucha, porque tu lucha es la mía, porque juntas podemos enfrentar el mundo: aquí está, en unas pocas palabras, el poder de la sororidad. Que no desciende del cielo junto con el Hada Madrina, sino que se construye pieza a pieza, superando en primer lugar los propios prejuicios.

De pequeñas nos odiábamos. Literalmente. Pero afortunadamente no nos odiamos durante toda la vida, en cierto momento nos hicimos amigas.

Entonces descubristeis que podíais ser amigas y, al mismo tiempo, seguir investigando para descubrir vuestra individualidad. ¿Y cómo continuó el viaje?

«En ese momento éramos cómplices, aún no compartíamos estilo, pero nos divertíamos experimentando juntas. Sí, exploramos muchos estilos antes de llegar al nuestro, como quizás hace dos años: muy coloridos, estampados, muy años 70. Así es como lo describiría. Creo que ser joven también significa experimentar y descubrir tu verdadero estilo, porque si no descubres muchas cosas y las pruebas, no sabes quién eres ni qué te gusta. Así que, experimenta todo aunque sea solo para saber cómo eres realmente. Nosotras lo hicimos y descubrimos que nos encantan los colores, las lentejuelas y los estampados inverosímiles.

Te sientes fuerte cuando usas exactamente lo que quieres. A través de nuestra ropa y nuestro estilo, compartimos nuestra personalidad. Llevar tu estilo es una declaración potente, porque estás aquí diciendo: ‘Esta soy yo y tienes que aceptarme tal como soy o simplemente irte’. Buscando nuestro estilo nos encontramos a nosotras mismas, nuestra complicidad, pero, sobre todo, descubrimos que no tenemos miedo de lo que la gente piense de nosotras. Así se debe amar el vivir la vida: sin miedo a cómo te ve la gente.»

A través de nuestra ropa y nuestro estilo, compartimos nuestra personalidad. Llevar tu estilo es una declaración potente, porque estás aquí y dices Esta soy yo y tienes que aceptarme tal como soy

Emanciparos del qué dirán y las expectativas de los demás es un paso fundamental en vuestro viaje. ¿Cuál fue el momento más delicado?

«Cuando nos mudamos a París y comenzamos a trabajar con las redes sociales, teníamos poco más de 18 años. Toda nuestra familia estaba en Argelia y al principio no fue nada fácil, toda la exposición que recibíamos no les parecía bien. Además, estábamos en plena fase experimental, con estilos muy sexis y femeninos, era difícil seguir adelante porque toda nuestra familia nos estaba juzgando y, ya sabes, querían que lo dejáramos. Nos encontramos frente a una elección: elegir entre ser nosotras mismas o hacer lo que esperaban de nosotras.

Nos dimos cuenta de que no podíamos vivir la vida ocultando quiénes somos realmente, solo para que nos aceptaran los miembros de nuestra familia. Nuestra madre nos apoyó en todo y nos dijo: ‘Haced lo que queráis. No os preocupes por lo que diga la gente’. Ella es quien nos dio la fuerza para llegar hasta donde estamos hoy. Entonces continuamos con nuestro proyecto y hoy nuestra familia lo acepta, ven que somos felices y se alegran por nosotras».

Nuestra familia quería que paráramos. Nos encontramos frente a una elección: ser nosotras mismas o hacer lo que esperaban de nosotras. Entendimos que no podíamos vivir la vida asfixiando lo que somos.

Un proyecto que habla de moda, pero que en realidad narra un viaje en el que todos podemos reconocernos: la lucha por determinarnos como individuos, la redención de expectativas sociales que muchas veces no nos pertenecen, la conciencia de que nuestra unicidad vale más que el qué dirán los demás. Todo mezclado con colores, plumas, purpurina y lentejuelas.

¿Qué mensaje estáis difundiendo con el proyecto @GuessTwins?

«Sé tú misma, no vivas en una piel que no es tuya solo porque crees que a la gente no le agradas por lo que eres. Sin duda, este es el mensaje más importante que esperamos transmitir a través de lo que hacemos día a día. Y a través de ello, ver mujeres cada vez más fuertes, que ya no tienen miedo de los hombres, conscientes de que les puede gustar y vestir lo que quieran, sin miedo a agresiones, acosos o juicios. Mujeres que por fin pueden sentirse seguras de sí mismas. Mujeres que tienen derecho a encontrar su propia identidad».

Sé tú misma, no vivas en una piel que no es tuya solo porque tienes miedo de que no le gustes a la gente por lo que eres.