1. Bio
Piloto de línea aérea y enfermera. Originaria de la vibrante ciudad de Barcelona, apasionada de los motores desde pequeña, Gemma creció pensando que sólo podía seguir una de sus inclinaciones: cuidar de los demás. Por eso empezó su viaje para convertirse en enfermera, hasta que un piloto, después de escucharla hablar sobre su pasión por los motores, le hizo una simple pregunta: «¿Por qué no eres piloto?». Ahí tomó conciencia de que la posibilidad era real. En ese momento inició su doble camino, que la llevó primero a licenciarse como enfermera y luego a obtener su licencia de piloto de línea aérea.
2. El poder de un sueño
Es una fuerza repentina y disruptiva que, cuando empieza a fluir, sigue su propio curso arrastrándote consigo. Es esa fuerza la que me hizo trabajar de noche como enfermera y estudiar durante el día para obtener mi licencia de piloto. Me dio dedicación, resiliencia, claridad bajo presión y me ayudó a perfeccionar el arte de la gestión del tiempo. Mi carácter me lleva a fantasear más bien poco, por eso había dejado apartado el vuelo en un rincón, como si fuera un amor prohibido. Imaginaos la alegría, la determinación y la pasión que sentí cuando descubrí que no estaba prohibido en absoluto.
3. Mi viaje hacia la belleza real
«Por supuesto que puedes hacerlo»: unas pocas palabras fueron suficientes para derribar el muro entre mi sueño y yo. Es extraordinaria la belleza que puede emanar de un ser humano que reconoce, legitima y apoya los sueños de otro. Con demasiada frecuencia, la sociedad se olvida de preguntar a los jóvenes y a los niños qué es lo que les gusta, cuáles son sus pasiones. Así crecemos con la sensación de tener un camino predestinado. «Creo en ti, puedes hacerlo»: este es mi viaje hacia la belleza, tanto cuando como piloto contemplo paisajes tan hermosos que desearía no bajar nunca del avión, como cuando como enfermera observo la encantadora complejidad de ser humano, en nuestros mejores y peores momentos. Es la palabra adecuada en el momento adecuado, es una sonrisa, un abrazo, es participar del éxito de los demás como si fuera el tuyo.
4. Lo que he aprendido y no olvidaré
Hay dos cosas que para mí fue fundamental aprender y de las que quiero ser testigo en la medida de lo posible: tenemos derecho a elegir nuestros sueños y el camino que queremos, sin límites ni barreras; debemos rodearnos de personas que nos aprecien y que nos apoyen cuando decidimos dar un paso más. Hay una frase que sueño con no volver a escuchar nunca más: «Eres una chica, una mujer, no puedes hacer esto». Hay que luchar, conquistar y dar testimonio para erradicar para siempre esta forma de ver y enseñar la realidad. Debemos acabar con esta frase y disfrutar del derecho a volar alto.